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Columna: La Patrulla Fronteriza busca convertirse en policía nacional

Border Patrol en la calle como entidad policiaca
Miembros armados de la Patrulla Fronteriza de EUA se reúnen mientras continúan las protestas pacíficas en toda la ciudad contra la brutalidad policial y la muerte de George Floyd, el 3 de junio de 2020 en Washington, DC.
(Tasos Katopodis/Getty Images)
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Las perturbantes escenas lo dicen todo: agentes de la patrulla fronteriza patrullando las calles de Washington DC para aplastar a manifestantes, marchando en unísono hacia la Casa Blanca, solo faltando la música de Darth Vader tocando en el trasfondo. Drones predadores de CBP, la agencia matriz de la patrulla fronteriza, volando por metrópolis estadounidenses, observando a los manifestantes que protestan ante la brutalidad policiaca y la muerte de George Floyd a manos de la policía. El monstruo verde que es la Patrulla Fronteriza se ha hecho presente en ciudades a lo largo del país incluyendo Minneapolis, Miami, Baltimore, Nueva York, El Paso y por supuesto, aquí en San Diego donde hasta se tomaron una foto de trofeo luego de dispersar una manifestación en el centro de San Diego (más sobre esto al final).

Con las fronteras “cerradas” y el retorno ilegal de cualquier persona pidiendo asilo bajo la excusa de proteger al país de covid-19, la Patrulla Fronteriza está aprovechándose del caos generado por la pandemia y las manifestaciones. Inspirado en sus propias visiones de grandeza, el liderazgo de la patrulla fronteriza, encabezado por Rodney Scott (quién lideró la corporación en San Diego por muchos años) ya buscaba transformarse para darle frente “al populismo doméstico” previo a las manifestaciones masivas contra la brutalidad policiaca. Dada la respuesta militarizada de Trump, la Patrulla Fronteriza busca ahora transformarse en una policía nacional que responde el presidente que les ha dado todo: respeto, validez, respaldo político y recursos prácticamente ilimitados.

Esto es sumamente peligroso para todos, incluyendo para las comunidades afroamericanas del país. Cuando se trata de brutalidad e impunidad policíaca, la Patrulla Fronteriza es la manzana podrida de las manzanas podridas de las corporaciones de seguridad del país.

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Gran parte de esto se debe a que ellos mismos se han otorgado poderes extraordinarios de parar, detener, e interrogar a cualquier persona sin órdenes jurídicas, lo cual han utilizado para infringir en los derechos de los residentes fronterizos. Pueden abordar cualquier transporte público para buscar a supuestos “indocumentados” pero esto podría incluir ciudadanos estadounidenses. De hecho, agentes de la patrulla fronteriza ya han matado a ciudadanos estadounidenses con impunidad, incluyendo a Valeria Tachiquin en 2012, una madre de cinco niños que fue asesinada por un agente que le disparó 10 balazos afuera de su casa aquí en San Diego, un caso encubierto por por quien ahora es el jefe de la patrulla fronteriza, Rodney Scott. Como la policía, los agentes de la Patrulla Fronteriza también se esconden detrás de un sistema jurídico racista y corrupto que prácticamente otorga inmunidad a estos agentes federales.

Como George Floyd, Anastasio Hernández Rojas fue asesinado en el puerto de entrada de San Ysidro por parte de la Patrulla Fronteriza en el 2010 de una forma muy similar: atado de las manos, sin resistir, con varios oficiales encima de él. El 31 de mayo pasado fue el décimo aniversario de su muerte. Hasta ahora, ningún oficial ha sido encontrado culpable de su muerte.

Si suena similar a la brutalidad policiaca contra personas de color que vivimos día a día, es porque lo es.

Mientras el país busca reformar las corporaciones policiacas y el racismo institucionalizado — incluso la ciudad de Minneapolis acaba de votar por desmantelar la corporación policiaca de esa ciudad — es importante que se incluya a la patrulla fronteriza en todas estas reformas. Hay que empezar con limitar sus presupuestos, un paso crítico para reformar la policía, y limitar sus poderes.

Luego de desmantelar violentamente una manifestación pacífica la semana pasada en San Diego, agentes de la Patrulla Fronteriza se tomaron una foto de trofeo en los restos de un altar a George Floyd que fue compartida en Twitter a través de la cuenta de Aaron Heitke, el jefe de la patrulla fronteriza en San Diego. Los agentes aparecían en uniformes camuflados portando armas largas, con sonrisas en sus rostros. Luego de críticas, Heitke borró la foto para esconder del público lo que muchos ya sabemos: que la patrulla fronteriza es la agencia mas corrupta e impune del todo el gobierno federal.

Ahora más que nunca debemos reconocer que la lucha por políticas fronterizas sensatas que respeten los derechos humanos no es una lucha solo para los residentes fronterizos, es una lucha para todos los que vivimos en Estados Unidos.

Tenemos que detener a la Patrulla Fronteriza antes de que sea demasiado tarde.

Soto es columnista independiente. Soto.hiram@gmail.com.